Dilluns 17 d’Octubre
19 »No amuntegueu tresors aquí a la terra, on les arnes i els corcs els fan malbé i els lladres entren i els roben. 20 Reuniu tresors al cel, on ni les arnes ni els corcs no els fan malbé i els lladres no entren ni els roben. 21 Perquè on tens el tresor, hi tindràs el cor.
Salm 13
¿Hasta
cuándo Señor, me olvidarás?
¿eternamente?
¿hasta
cuándo me ocultarás de tu rostro?
¿Hasta
cuándo estaré angustiado, con el
corazón
apenado todo el día?
¿Hasta
cuando triunfará mi enemigo?
En este breve salmo vuelve a
repetirse, por tres veces, la expresión ¡Hasta cuándo! Es el clamor de alguien
que sufre, que lo está pasando mal y no acaba de entender por qué Dios no
interviene y debido a ese aparente silencio de Dios se va generando una
sensación de abandono de parte de Él.
Creo que este salmo, como
tantos otros, sirve para poner palabras al estado emocional que muchos de
nosotros hemos vivido, viviremos o estamos viviendo en estos momentos. El
salmista nos ayuda a poder verbalizarle a Dios el sentimiento de que parece que
se haya desentendido de nosotros y nuestras circunstancias y que no entendemos
su falta de acción.
Pero el salmo no solamente me
enseña a encontrar palabras para verbalizar estados anímicos. también, como en
tantos otros, transmite un tan necesario sentido de esperanza porque, la
intervención de Dios se puede tardar, pero llega. Los problemas pueden
persistir, pero el Señor siempre da las fuerzas y la presencia para
sobrellevarlos. Es por eso que David puede exclamar al final:
Pero yo
confío en tu benevolencia,
mi
corazón se alegra con tu ayuda;cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.
Un principio.
Los salmos dan palabras a
nuestro clamor y a nuestra esperanza.
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