Dimarts 18 d’Octubre
Mateu 6: 22-23
22 »El llum del cos és l'ull. Per tant, si el teu ull és bo, tot el teu cos quedarà il·luminat; 23 però si és dolent, tot el teu cos quedarà a les fosques. Perquè si allò que en tu ha de ser llum és foscor, que en serà, de gran, la foscor!
Salm 14
Piensa
el necio en su interior: Dios no existe.
El
Señor se asoma desde el cielohacia los hijos de Adán
para ver si hay alguno sensato, alguien que busque a Dios.
Este salmo contrapone dos
tipos de personas, el necio y el sensato. Esta tipología se repite una y otra
vez, no sólo en los salmos, también en los otros libros llamados sapienciales,
es decir, Proverbios, Job y Eclesiastés.
El necio niega en su corazón
la existencia de Dios y, por tanto, organiza todo su proyecto vital en base a
este axioma. No tiene pues ningún problema en practicar el mal -pues ignora el
carácter santo de Dios- ni la injustcia -pues igualmente ignora el carácter
justo del Señor.
El sensato, sabio según otras
versiones, contrariamente busca a Dios y ordena su estilo y proyecto personal en
base a este axioma opuesto y contrario al del necio. Tristemente, el salmista
habla de la escasez de sabios en este mundo.
Al leer el salmo pensaba en mi
propia vida, ya que es fácil pensar en la de los demás y, tal y como afirma la
Escritura, ignorar nuestros propios defectos cuando señalamos los de los demás.
Pensaba en el peligro y la tentación que corro de ser un sensato que vive como
un necio. Es decir, que a pesar de reconocer al Dios santo y juez, mi estilo de
vida no refleje su carácter y en algunas o muchas áras viva como un necio.
Si, ya sé que nadie es
perfecto, y no me refiero al proceso de caminar hacia la imitación de Jesús, me
refiero más bien a permitir un estilo de vida de necedad con alevosía,
premeditación, nocturnidad, escalo y todo eso.
Un principio.
Hay sensatos que viven como
necios.
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