Dissabte 22 d’Octubre
Mateu 7: 7-12
7 »Demaneu, i Déu us donarà; cerqueu, i trobareu; truqueu, i Déu us obrirà; 8 perquè el qui demana, rep; el qui cerca, troba, i a qui truca, li obren. 9 ¿Qui de vosaltres, si el seu fill li demana pa, li donarà una pedra? 10 O bé, si li demana peix, li donarà una serp? 11 Així, doncs, si vosaltres, que sou dolents, sabeu donar coses bones als vostres fills, molt més el vostre Pare del cel donarà coses bones als qui les hi demanen.12 »Feu als altres tot allò que voleu que ells us facin; aquest és el resum de la Llei i els Profetes.
Salm 18
¡Yo te
amo, Señor, mi fortaleza!
¡Señor,
mi roca, mi defensa, mi libertador!
¡Dios
mío, mi roca de refugio!
¡Mi
escudo, mi fuerza salvadora,
mi
baluarte, digno de alabanza!
El salmo 18 es un salmo largo
que repite un patrón que se encuentra en muchos otros salmos, a saber, un grito
de auxilio hacia el Señor, la manifestación de Dios, la declaración del
salmista de ser justo y no haber pecado y, finalmente, la derrota de los
enemigos seguida por la gratitud y reconocimiento que la victoria viene del
Señor.
Para mí la lección del salmo
viene de los tres primeros versículos, los reproducidos al comienzo de esta
entrada. Me han llamado la atención porque David expresa lo que Dios es para
él. Es un hombre oprimido y abrumado por problemas que verbaliza lo que Dios
significa para su vida en esos momentos, cómo siente y experimenta a Dios.
Eso me ha hecho pensar en cómo
sería el salmo 18 si lo escribiera yo. Qué pondría en esos tres primeros
versículos. Cómo visualizo y experimento al Señor en estos momentos, en esta
etapa de mi vida. Qué significa Él para mí personalmente.
Un principio.
¿Cuál es el contenido de tu
salmo?
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